Concha Mateos y Mercedes Cuervas son dos religiosas claretianas que, mientras han estado destinadas en Tenerife, han prestado un servicio como voluntarias en Ataretaco.

Ahora se van de la Isla.

Lo lamentamos por Ataretaco, porque dejan un vacío difícil de llenar, pero nos alegramos por quienes las reciban en sus nuevos destinos porque allí seguirán aportando su buen hacer desde un voluntariado genuino que, según leemos en el Estatuto de Ataretaco Voluntariado, es el que nace de una oferta espontánea y generosa de quienes desean implicarse, de forma gratuita, en la mejora de las condiciones de vida de todas las personas.

Gracias Mercedes, gracias Concha, por haber estado ahí, por haberse implicado desde dentro de Ataretaco, con las personas que más lo necesitan, contribuyendo a su empoderamiento.