El día 3 de junio tuvo lugar la entrega de los premios del Concurso de relatos cortos de Ataretaco “La imaginación nos ayuda en el confinamiento”, en un sencillo acto guardando las medidas de seguridad frente a la pandemia.

El Presidente expresó su agradecimiento a cuantas personas colaboraron con este concurso, las que presentaron sus trabajos por el esfuerzo y la creatividad mostrados,  y las que formaron parte del Jurado por su disponibilidad y dedicación.

Jesús Gabriel Hernández Alberto recibió el diploma y el iBook correspondientes al primer premio  por el relato titulado Covid19  vs Goliat de manos del Presidente de Ataretaco, Pedro A. Armas.

Sara Manzano Heredia recibió de manos e Concha Plácido, miembro del Patronato, el segundo premio consistente en un diploma y un vale para material de librería-papelería por el relato El café y la tetera.

Reproducimos aquí, íntegramente, los dos relatos ganadores:

COVID19 vs GOLIAT

Primer Premio – Autor, Jesús Gabriel Hernández Alberto

Voy a empezar a relatarles donde empezó todo:  Su origen fue en la ciudad de WUHAN, quizás no es una ciudad tan grande como PEKIN o SHANGHAI, pero tiene unos 11.000.000 de habitantes casi nada, esta ciudad está en CHINA, en la provincia de HUBEI, en la China central, es como si fuera el centro comercial de esa provincia dividido por los ríos YANGTSE y HAN. 

La historia de esta ciudad se remonta a 3.500 años, WUHAN fue brevemente la capital de China en 1927 bajo el ala izquierdista del gobierno del KUOMINTANG dirigido por WANG JINGWEI.  El área metropolitana la conforman los distritos de WUCHANG, HANKOU y HANYANG llamadas en conjunto (las tres ciudades de Wuhan).

El clima de la ciudad esta condicionado por los Monzones.  Tiene las cuatro estaciones plenamente diferenciadas. Los inviernos son secos y fríos mientras que los veranos son húmedos y muy calurosos.  Es una de las ciudades Chinas que registran temperaturas más altas en verano.

Ahora hablemos del COVID19 VS GOLIAT:  Como un ser microscópico ha paralizado todo un planeta, provocando un estado caótico que como referencia a dejado muchas familias rotas por la pérdida de algún ser querido, personas sin trabajo, la Bolsa de valores bajo mínimo es decir la Economía Global resentida y en muchos casos países más endeudados, donde los países más fuertes han aguantado mejor, y los mas pobres creo que no lo podemos llegar a imaginar hasta donde llega la necesidad, por poner un ejemplo África un continente donde se vive el día a día, cada día salen a buscar el sustento, donde el confinamiento ha hecho en ellos ser más vulnerables de lo que ya eran, incluso les diría que ha cuestionado a muchos gobiernos por la forma de gestionar esta pandemia. Nos hemos dado cuenta que somos más vulnerables de lo que parecemos, hemos visto nuestra sanidad colapsada con falta de recursos y de personal sanitario, a los transportistas haciendo mas horas para abastecer a los ciudadanos y a los cuerpos de seguridad adaptándose a esta nueva situación y indicando a los ciudadanos de las nuevas normas a seguir.

Uno de los principales motores de nuestra economía (España) es el turismo, quedándose paralizado llevándose consigo muchos puestos de trabajo al igual que la industria etc. los que ha quedado en pie siguen intentando sacar a nuestro país hacia adelante. No quiero dejar sin nombrar a nuestros mayores, los más vulnerables a este virus con los que se ha ensañado desgraciadamente, personas que muchas de ellas han vivido guerras, crisis, una transición y a saber que más, que con su esfuerzo han ayudado a sacar este país adelante; siempre les deberemos parte de los derechos que hoy en día tenemos, siempre lucharon como auténticos guerreros hasta el último día.

Recordar también a todas esas personas que cumplen día a día con el confinamiento que tan duro se nos hace, quedándose encerrados en casa, este virus también nos ha quitado nuestra libertad, esos niños que sin entender lo que está ocurriendo se han encontrado con una de las mayores pandemias de toda la historia empezando a vivir, una dura experiencia que los marcara de por vida, viéndonos obligados todos hacer cambios en nuestras rutinas cotidianas.

Lo mas positivo que podemos destacar de esta pandemia, es que nuestra naturaleza se ha recuperado parte del daño que hemos ocasionado los seres humanos, dándonos una nueva oportunidad de recuperar nuestro planeta, no ha dejado imágenes impresionantes (Y saber que siempre ha podido ser así, si lo hubiéramos cuidado más; me hace entristecer) a muchos de nosotros nos ha dado un buen susto enseñándonos que lo que no debemos hacer mas y seguir protegiendo la naturaleza, como por ejemplo una cosa tan sencilla como el reciclar.

El COVID19 también nos ha hecho pensar que todos somos iguales, que no hay personas diferentes a otras por mucho dinero que tengamos o muy fuertes que nos creamos, que tampoco entiende de fronteras, religiones y de colores políticos.  De eso ya nos ocupamos nosotros que con cualquier escusa siempre terminamos en desacuerdo.

Si este virus tan pequeño ha podido con este planeta tan grande, imaginaros una guerra bacteriológica, solo nos queda luchar y aprender de nuestros errores de una vez por todas, la naturaleza es sabia y siempre que pueda nos dará una nueva oportunidad para salvarla antes de que sea demasiado tarde; Todo está en nuestras manos de momento esperemos que nunca se nos haga tarde.

Algunas personas creen que el planeta es de unos pocos, a los que hay que recordarles que el planeta es de todos.

En estos momentos difíciles donde para muchas familias a sido muy complicado adaptarse al cambio, mi familia y yo hemos intentado en la medida de lo posible hacer el confinamiento mas llevadero.  Lo primero que hemos hecho es explicarle lo que ocurre a nuestro hijo, una vez hecho esto, hemos intentado llenar el tiempo de la mejor manera posible, haciendo recetas de cocina, jugando juegos de mesa, también hemos hecho tardes cine escogiendo cada uno cada día una película intentando escoger alguna del agrado de los tres para así al mismo tiempo aprender del gusto de cada uno.

Mi mujer y yo al principio de esta pandemia estábamos asistiendo a una formación presencial y ahora las realizamos Online, son algo más frías, algo mas de trabajo para todo el equipo que nos acompaña en este sendero ya que también todos hemos necesitado un nuevo cambio para seguir con esta formación.

Los cambios también forman parte de esta pandemia y a muchos nos ha sacado de nuestra zona de confort, para adaptarnos a una nueva forma de aprender y trabajar.

Gracias a las fases de desescaladas empezamos a ver la luz al fina del túnel, pudiendo volver poco a poco a la rutina, tomando las precauciones pertinentes.

Como os he contado hemos vivido una batalla entre el COVID19 y GOLIAT, esperemos que entre todos ganemos esta batalla, esperemos que todos hayamos aprendido de los errores, para estar mejor preparados en un futuro.

El Café y La Tetera

  Segundo premio – Autora Sara Manzano Heredia

El café le preguntó a la tetera si sabía cuándo podrían descansar. Un poco apesadumbrado bajó su mirada hacia ella, más la tetera le respondió que no lo sabía y que porqué se cuestionaba tanto, o es que acaso no le gustaba para lo que había nacido.

Asombrado el café le dijo que sí, que le gustaba su trabajo, pero la anciana le volvió a preguntar que, si le gustaba, porqué tenía tanta angustia; las respuestas del joven la intrigaban.

El joven café, metiéndose en sus pensamientos, perdió la mirada en el horizonte de su cocina, y le respondió que no creía que ella pudiera entenderlo.

La anciana era muy astuta, y estaba a punto de darle unas sabias palabras sobre esa cuarentena que estaban pasando cuando el pequeño la interrumpió.

Andando de un lado al otro en la estantería y enfurecido por la situación, la miraba y replicaba. Por esa enfermedad que había actualmente, los humanos solo sabían: comer, reír y hacerlos trabajar sin descanso. Les daba igual que los demás humanos estuvieran muriendo, incluso muchos salían a la calle sin tenerlo permitido causando muchas muertes, era todo muy injusto. Sollozó con los ojos fuertemente cerrados al acabar su discurso, cansado y triste.

Por unos momentos la tetera se enfadó con el pequeño café y le regañó para que no se le ocurriera decir más eso. Mientras miraba a su alrededor, le preguntó al joven cuánto tiempo hacía que no veía a la familia tan unida, hasta el punto de ni reír juntos. Dejó la dureza aparte y sonó mucho más dulce al explicarle al café que, aunque hubiera tiempos de muerte, crisis y hambruna, los humanos no perdían la fe.

Cierto era que muchos pecaban de ingenuos al exponerse al peligro de ese virus, eran dueños de sus propios actos, más esos errores servirían para no volver a cometerlos si se les daba la oportunidad y darían ejemplo a los demás de algo que no debían hacer.

Se acercó al inexperto pequeño y le susurró que, ellos, sus dueños, su pequeña familia ya sabía que la gente estaba muriendo; pues era inevitable con esa pandemia que amenazaba el mundo y, aun así, lo afrontaban como podían. Cuando tenían para comer lo agradecían a Dios incluso ayudaban a los ancianos de su calle dándoles algo que necesitaran o yendo a la compra. Hizo una pequeña pausa para mirarlo y le dijo que esperaba que todos unidos acabasen bien, dentro de lo que cabía.

Maravillado y lloroso por esas palabras, el renacuajo le dio la razón, algo avergonzado por su ira de apenas unos momentos atrás, y le pidió perdón. Se había dejado llevar y él lo sabía, pero aquellas palabras lo acababan de iluminar, debían tener la esperanza de que todo acabara pronto, para que el mundo volviera a ser lo que era. Un grano de arena no era nada, pero muchos unidos formaban dunas maravillosas, y eso era lo que los humanos debían hacer: Trabajar unos con otros para acabar con ese mortal COVID19. Mientras pensaba y decía esas palabras, no dejó de sonreír e ilusionarse con esa nueva perspectiva.

A la anciana, se le cerraban los ojos a causa del sueño de trabajar en ese día, pero no se iría a descansar sin antes decir unas últimas palabras al pequeño. 

Mirando a la familia reír tan felizmente le musitó al retoño que, por cada muerte, alguien nacería y que, por una flor que cayese, otra brotaría. Que solo con tiempo y esperanza todo resurgiría. Que se animase, ya que un día más era un día menos. 

Sonreía mientras cerraba los ojos con una cálida y nostálgica voz la hermosa y justa tetera.